lunes, 15 de octubre de 2012

Los efectos sociales de la cocaína




El fin del efecto de la droga pone al adicto en una situación desesperante. El único objetivo en mente es encontrar la manera de conseguir una nueva dosis de cocaína, en este caso, para volver a sentir esa estimulación que tanta satisfacción le genera. No importa cual sea la manera, el fin, para ellos, justifica los medios.
El adicto puede llegar a cometer hurtos o robos para obtener la plata (que por su cuenta no podría reunir o que su familia le ha negado) necesaria para obtener una nueva medida de cocaína.
La abstinencia y la desesperación que esta conlleva son dos factores que pueden llevar al adicto a generar situaciones violentas y agresivas en la vía pública, el seno familiar o en un ámbito social.
Los adictos que son considerados consumidores mayores (por la cantidad de cocaína que requieren) suelen sentirse amenazados y paranoicos todo el tiempo recurriendo a la agresión como método de defensa.
Estas conductas, realizadas en forma recurrente, hacen que el adicto quede bajo la lupa de la sociedad. En muchos casos la discriminación y la desvalorización personal se transforman en moneada corriente para el adicto,  que sentirá un vacío social insostenible.


viernes, 12 de octubre de 2012

Alcohorexia: la nueva tendencia teen


El consumo de alcohol,  en cantidades abundantes y desmedidas, tiene un alarmante crecimiento en la última década. Ya no hay diferencia de sexos a la hora de delimitar quiénes son los que más consumen. Hombres y mujeres, adolescentes, beben casi al mismo nivel.
La diferencia esta que las mujeres cuentan con la “presión” de cuidar su cuerpo y mantener un peso ideal y es ahí donde entra en juego una nueva problemática: La alcohorexia, que afecta a más de 180 mil mujeres entre 18 y 30 años (en su mayoría universitarias) en nuestro país.
Este trastorno alimenticio abre varios interrogantes ¿Cómo logran consumir alcohol y al mismo tiempo no excederse en calorías? ¿Cuál es la forma de encontrar el equilibrio para no subir de peso? ¿Dejar de beber alcohol o dejar de comer? La respuesta: dejar de comer.
El razonamiento con el que se rigen las mujeres que tienen alcohorexia es el de intercambio de calorías. “Hoy a la noche no como porque voy a tomar alcohol (en grandes cantidades) y me voy a pasar” “Como una ensalada que tiene pocas calorías y de esa forma tengo margen a favor para tomar algunas cervezas más”.
Uno de los principales puntos de atención  de esta nueva “moda” es que las adolescentes pueden desarrollar una problemática doble: por un lado un trastorno alimenticio (debido a la mala, escasa o nula alimentación) y por el otro una adicción (el alcoholismo)
La alcohorexia tiene distintos perfiles de mujeres que la padecen. Están aquellas que cuentan las calorías que deberían ingerir en una dieta normal para suplantarlas por alcohol, otras directamente dejan de comer para remplazar el valor calórico de los alimentos por bebidas con graduación alcohólica y  algunas ingieren alcohol después de haber comido en exceso para provocar el vómito y de esta manera evitar engordar.
Lo cierto es que este trastorno alimenticio genera deterioro de todos los órganos y esto hace que la recuperación sea aún más difícil. 


jueves, 12 de julio de 2012

Síntomas claves para identificar la adicción


Cualquier tipo de adicción, en este caso, a las drogas puede ser reconocida a través de síntomas comunes que aparecen en la mayoría de los casos.
Entre los más comunes y recurrentes se encuentra la obsesión,  la falta de control, total o parcial, la negación y las consecuencias negativas.

Por lo general la adicción es vivida como una obsesión. El pensamiento del adicto se reduce a encontrar la forma de conseguir la droga, a cualquier costo.   La conducta adictiva posee una gran fijación lo que hará que la persona afectada delegue gran parte de su tiempo, atención y energía a ese tema.
Las consecuencias negativas son el factor que genera que una adicción sea una enfermedad perjudicial porque esta no solo se vuelve en contra del adicto sino también de los demás, de su entorno.
El deterioro de las relaciones familiares, de amigos y de pareja, el bajo rendimiento en el trabajo, la pérdida económica,  el padecimiento de trastornos psicológicos y físicos y el cambio de conducta, son algunos de los efectos negativos que aquejan al adicto y su círculo.
La insuficiencia para controlar las situaciones es uno de los rasgos más característicos de cualquier adicto.  La adicción controla a la persona, no la persona a la adicción.
Por otro lado la negación ejerce un rol fundamental.  Cuando el adicto comienza a sumar problemas en los distintos ámbitos de su vida (trabajo, relaciones, economía) empiezan a negar dos cosas principalmente: que la adroga o actividad adictiva que llevan a cabo genere un problema difícil de ser controlado y que los efectos nocivos en sus vidas tenga conexión con la adicción.

Estos cuatro síntomas pueden presentarse juntos o por separado. La combinación de todos estos más la suma de otros factores claves generan un desgaste físico y mental en la vida del adicto. 


martes, 10 de julio de 2012

Alcoholismo: las consecuencias del consumo en exceso


 La adicción al alcohol es una enfermad crónica y progresiva con síntomas muy fuertes y marcados que llevan a la persona que la padece a tener la necesidad de tomar pese a los efectos negativos que puede provocar en su salud física (el organismo cardiovascular, el sistema nervioso y el hígado) y mental.
Cuándo el hábito de tomar bebidas alcohólicas es recurrente se produce tolerancia ¿Qué significa esto? el organismo necesita una mayor cantidad de alcohol para obtener las mismas sensaciones. Esto conlleva la adicción.
Todos los excesos son malos y el consumo desmedido de alcohol no es la excepción.
¿Cuál es el límite que identifica el consumo medido y el abuso de alcohol? La línea se puede trazar cuando la persona llega a sentirse intoxicado y no puede, bajo ningún punto de vista, complicar con sus actividades y obligaciones o, también, cuando pone en peligro su vida y la de los demás mediante conductas violentas y delirantes.
Luego de un período de tiempo en el cual se abusa del consumo el adicto queda expuesto una serie de enfermedades como la cirrosis hepática y cardíacas.
Los sistemas nervioso, neurológico y gastrointestinal sufren un deterioro en todos los órganos que lo constituyen.
El consumo de alcohol desde temprana edad acorta la expectativa de vida de 5 a 10 años en relación con los que no experimentan esta adicción.



lunes, 18 de junio de 2012

La importancia de un tratamiento individualizado


El tratamiento debe ser individualizado ¿Por qué? Porque cada persona es un mundo, una historia distinta, que merece un seguimiento especial y dedicado para encontrar la forma adecuada para tratar su adicción.
La primera consulta, la creación de un diagnóstico y la posterior intervención y tratamiento son partes elementales del proceso de recuperación donde las distintas etapas se siguen la una a la otra.
La diagramación de tratamiento se hace en base a las características y necesidad inmediatas del adicto. De esta forma se obtiene una guía base que sirve para plantear las metas de la recuperación.
Dentro del procedimiento hay componentes que no pueden faltar y que sirven como puente entre el paciente y el equipo médico y el paciente y su entorno.
Ellos son: componentes psicosociales, farmacológicos, de autoayuda y también terapias alternativas.




Fuente: Fundación Manantiales 

miércoles, 13 de junio de 2012

La adicción no es tema de género


Ser adicto no discrimina edades, clases sociales o cuestiones de género pero históricamente se ha ligado a las cuestiones de drogas y alcohol con el sexo masculino.
En las últimas décadas las cosas han cambiado y la brecha entre hombres y mujeres adictos a distintas sustancias tóxicas se ha acortado de una manera abrupta.
La mujer ha cambiado de actitud frente a la vida. Ha ganado espacios donde antes parecía imposible pero también se ha topado con otras tentaciones y posibilidades donde ellas deben hacerle frente y discernir entre lo que está bien y lo que está mal.
Las drogas, los excesos, la noche, el alcohol y el sexo están a la orden del día. Está en ellas saber qué tomar y qué dejar.
Dentro de esa mezcla explosiva se encuentra el origen de la suba de mujeres adictitas en el último cuarto de década.
La mujer que consume drogas, en mucho de los casos, posee una baja autoestima que va de la mano con la poca confianza para alcanzar sus metas y logros. Muchas utilizan las drogas como la forma de canalizar sus miedos y frustraciones, como una vía de escape de todas sus responsabilidades.
El trabajo, la familia, la casa, los chicos sobrepasan a la mujer que encuentra en el acto de drogarse un canal para aliviar tensiones y tristezas.
Los problemas psicológicos y físicos no tardan en hacerse notar. En muchos casos la resistencia de las mujeres es menos a la de los hombres y es por este motivo que muchas mueren de sobredosis porque su cuerpo no tolera las mismas cantidades.

miércoles, 30 de mayo de 2012

Popper, el estupefaciente fatal


Popper es un estupefaciente que se inhala compuesto por nitritos, generalmente de amilo o también de butilo. Son líquidos incoloros e inodoros conocidos como “drogas recreativas” y que muchas veces es asociada con el sexo porque relaja la musculatura lisa y es un potente vasodilatador que favorece la erección. También relaja los esfínteres, por lo cual fue popular entre los homosexuales durante los ‘70 y principios de los ‘80. Su origen es holandés, pero se puede fabricar fácilmente.
Esta sustancia produce estimulación y vasodilatación muy rápidamente al ser ingeridos, así como también una fuerte sensación de euforia, ligeraza y deseo sexual. Los efectos secundarios que produce son náuseas, cefalea, enrojecimiento de ojos, cara y cuello, pérdida del apetito, hemorragias nasales, taquicardia e hipotensión. Los efectos son muy variados y duran entre 2 o 3 minutos nada más, mientras que sus efectos secundarios pueden durar varios días. Las náuseas y vómitos combinado con el estado de inconciencia que puede producir son particularmente peligrosos ya que si la persona vomita boca arriba puede ahogarse.
En dosis bajas, los efectos son similares a los de un anestésico; disminuyen el ritmo de las funciones corporales. En dosis medias produce una leve pérdida de control y desinhibición, y en dosis altas se puede llegar a perder el conocimiento.
El Popper produce tolerancia y dependencia física al poco tiempo de consumirla regularmente. A largo plazo, los efectos del Popper incluyen la pérdida de peso, fatiga, desbalanceo químico y fatiga muscular. También puede ocasionar daños en el sistema nervioso, en el hígado, los riñones y la sangre. Es muy frecuente experimentar fuertes dolores de cabeza debido a que al dilatarse los capilares y bajar la presión, el corazón aumenta su ritmo. Luego del efecto vasodilatador, los capilares quedan “inflados” por la presión sanguínea y provoca migraña.  


martes, 22 de mayo de 2012

Anfetaminas: La estimulación más peligrosa


Las anfetaminas constituyen una familia de drogas que estimulan el sistema nervioso, producen la pérdida del apetito, quitan el sueño y hacen desaparecer el cansancio. Bajo muy estricto control médico, ayudan a combatir la obesidad. El problema empezó durante la Segunda Guerra Mundial, en donde se utilizaron anfetaminas para disminuir en los soldados la necesidad de dormir, eliminar la fatiga y estimularlos para el combate. Al terminar la guerra, Japón tenía almacenadas grandes cantidades de anfetaminas y las puso a la venta, lo que provocó su uso masivo en las décadas del ‘50 y del ‘60. Los efectos negativos y la adicción generaron el control riguroso de su comercialización.
De todas maneras, quien desee estimularse puede conseguirlas fácilmente por medios ilícitos. Vulgarmente se las conoce como "pepas", "despertadores", "levantadores" y algunos otros apodos que expresan el tipo de efecto que producen. Se consiguen en forma de comprimidos o cápsulas, o también pueden ser inyectables.
Cuando el público descubrió que esas pastillas para adelgazar o esos inhaladores nasales tenían efectos estimulantes, comenzó a usarlos sin prescripción médica con una facilidad alarmante. Los jóvenes, para mantenerse despiertos los días previos a un examen; los adultos, para mejorar su rendimiento en sus actividades diarias; los deportistas, para superarse en las competencias; los choferes de larga distancia, para resistir los largos viajes sin dormirse.
Esta automedicación de pequeñas dosis es, muchas veces, el inicio de una adicción destructiva de la que no se puede salir. Esto sucede cuando para poder descansar se recurre a tranquilizantes mediante los cuales se logra apaciguar la aceleración provocada por las anfetaminas. Un adicto que se inyecta grandes dosis de anfetaminas en la vena, puede permanecer despierto más de cinco días y finalmente se derrumba en un sueño que dura 48 horas continuas.

lunes, 14 de mayo de 2012

Drogas: depresores, estimulantes y alucinógenos


A partir de la clasificación de la OMS podemos hablar de tres grandes grupos: estimulantes, depresores y alucinógenos.
Son estimulantes las anfetaminas, la cocaína, el éxtasis y las metilxantinas (cafeína, teofilina, mateína y otros). Estas drogas alteran el estado mental y estimulan el cerebro y el sistema nervioso central. El efecto que producen es el de aumentar y acelerar la actividad funcional. La forma de administración es variada: puede ser mediante ingestión, inyectada por vía intravenosa o aspirada por mucosas nasales.
Los depresores son los tranquilizantes (benzodiacepinas), los hipnóticos (barbitúricos y alcoholes), los analgésicos narcóticos (codeína, morfina, heroína, metadona y otros), los anestésicos (éter, cloroformo y otros) y los disolventes inhalantes (acetona, tolueno y otros). Estas sustancias inducen al sueño y a relajar el sistema nervioso y deprimen o disminuyen la actividad corporal. La administración puede realizarse por vía intervenosa, oral o fumándolas.
Dentro del grupo de los alucinógenos podemos incluir al LSD (dietilamida del ácido lisérgico), el peyote, la mezcalina, el PCP, y los cannabis: hachís, aceite de hash y marihuana. Estas drogas provocan en el individuo una alienación pasajera de la actividad psíquica, con distorsiones perceptuales y desplazamiento de la imaginación. Producen delirios, alucinaciones y estados de confusión y despersonalización.
La dependencia a las drogas deriva de una compleja interrelación entre la personalidad del individuo, la situación social y el efecto de la sustancia elegida. En consecuencia, resulta muy difícil tipificar la “personalidad adictiva”. Por el mismo motivo, no se puede hablar de sustancias que generan abuso ya que esto no depende solamente de la droga en sí sino tambien de tros factores.



miércoles, 2 de mayo de 2012

Las etapas de la recuperación


1.- Transición: La tarea en esta etapa es lograr predominio de la necesidad de control por sobre la necesidad del uso.
2.- Estabilización: En esta fase la tarea esta dirigida a recuperarse de los efectos dañinos producidos por el abuso de sustancias.
3.- Recuperación Temprana: En esta fase se producen los primeros cambios internos, de pensamiento, sentimientos y actitud con respecto al uso.
4.- Recuperación Media: Aquí se producen los cambios externos. Modificación del estilo de vida, incorporación paulatina de hábitos sanos.
5.- Recuperación Avanzada: Esta etapa se trabaja sobre la elaboración de conflictos personales y familiares no resueltos.
6.- Mantenimiento: Esta etapa se basa en la capacidad para mantener una vida sana y un crecimiento personal continuo.
Abstinencia Completa
 La abstinencia completa es un importante paso para lograr la recuperación. Durante la adicción activa es difícil que el adicto logre concebir la abstinencia completa. Se produce el fenómeno de sustitución: el adicto cambia de sustancias pero continúa usando. Puede suceder que el adicto, tenga como objetivo controlar su adicción, disminuye la cantidad y/o la frecuencia del uso, pero vuelve al patrón compulsivo, con lo que el uso se hace continuo.
La abstinencia es lo opuesto al uso y a la sustitución. La naturaleza y la severidad del este síndrome de abstinencia depende del tipo de droga, la gravedad de la adicción, y la personalidad del adicto. Este síndrome es pasajero, luego de un período, que en general es corto, se alivia, generándose un estado de desgano motivacional y apatía.
Cuando se logra la abstinencia, se hace más fácil manejar los deseos de consumo y el pensamiento obsesivo. Al tener un deseo y abstenerse, se produce una mayor habilidad para manejar las situaciones de riesgo. La recuperación no puede basarse sólo en la abstinencia, sino que debe ser acompañada de cambios en el estilo de vida, que aseguren una mejor calidad de vida.

martes, 17 de abril de 2012

¿Qué es la marihuana?

Marihuana es una de las palabras más escuchadas y dichas dentro de la sociedad ¿Todos saben cómo esta constituida? o ¿Por qué genera adicción?

La marihuana es una droga ilícita, mezcla de flores secas cortadas de la plata Cannabis sativa. Esta, por lo general, se fuma en cigarrillo (porro) o en pipa.

Es una de las drogas más elegidas y de consumo masivo entre adolescentes y adultos.

Esta droga es adictiva porque causa un deseo muy fuerte de búsqueda y consumo constante. Son más de 120.000 personas las que buscan tratamiento para tratar sus problemas con la marihuana.

En la mayoría de los casos que constituyen esa alarmante cifra, el comienzo de la adicción empieza por imitación, por moda o por la necesidad de dejar de lado problemas personales.

Por lo general los adictos comienzan por un cigarrillo o porro pero paso siguiente es la compra. En ese momento la persona se sumerge de lleno en el ambiente, adquiriendo nuevas formas de drogarse.

Fuente: Fundación Manantiales


jueves, 12 de abril de 2012

Los efectos de la cocaína


El fin del efecto de la droga pone al adicto en una situación desesperante. El único objetivo en mente es encontrar la manera de conseguir una nueva dosis de cocaína, en este caso, para volver a sentir esa estimulación que tanta satisfacción le genera. No importa cual sea la manera, el fin, para ellos, justifica los medios.

El adicto puede llegar a cometer hurtos o robos para obtener la plata (que por su cuenta no podría reunir o que su familia le ha negado) necesaria para obtener una nueva medida de cocaína.

La abstinencia y la desesperación que esta conlleva son dos factores que pueden llevar al adicto a generar situaciones violentas y agresivas en la vía pública, el seno familiar o en un ámbito social.

Los adictos que son considerados consumidores mayores (por la cantidad de cocaína que requieren) suelen sentirse amenazados y paranoicos todo el tiempo recurriendo a la agresión como método de defensa.

Estas conductas, realizadas en forma recurrente, hacen que el adicto quede bajo la lupa de la sociedad. En muchos casos la discriminación y la desvalorización personal se transforman en moneada corriente para el adicto, que sentirá un vacío social insostenible.

Fuente: Fundación Manantiales


martes, 3 de abril de 2012

Pasta base

La PBC es la cocaína no tratada, extraída de las hojas de coca a través de un proceso de maceración y mezcla con solventes tales como parafina, bencina, éter, ácido sulfúrico, etc. Tiene la apariencia de un polvo blancuzco o amarillento, dependiendo de la sustancia con que ha sido mezclada. Existen cerca de 250 variedades de la hoja de coca. Por ello es que las características de la PBC variará dependiendo, entre otras cosas, de la cantidad de alcaloide que contenga las hojas utilizadas.

El hecho que la PBC contenga el alcaloide más los solventes, que son sustancias tóxicas, la hace mucho más peligrosa para el organismo. Generalmente se la consume fumándola mezclada con tabaco o con marihuana.

Efectos

Los efectos de fumar PBC dependen de muchas variables, que comprenden: el tipo de preparación, la dosis, la frecuencia de consumo, forma de uso (social, recreativo, individual), las impurezas y adulteraciones, la motivación (estimulante, búsqueda de placer, antidepresiva, situaciones), entre otras.
Cuando se la fuma, su efecto es muy rápido e intenso. Se necesita entre 8 a 40 segundos para que éste aparezca, durando sólo unos pocos minutos. El efecto que produce se puede dividir en 4 etapas:

  • Etapa de euforia: en la que se observa una disminución de inhibiciones, sensación de placer e intensificación del estado de ánimo. En algunas personas puede tomar rasgos de:
  • Euforia
  • Hipervigilancia
  • Hiperexcitabilidad
  • Éxtasis
  • Cambios en los niveles de atención
  • Impresión de ser muy inteligente, perspicaz y competente
  • Aceleración de los procesos de pensamiento.

martes, 20 de marzo de 2012

Cuando el juego se convierte en la razón de vivir


El juego compulsivo o ludopatía es la enfermedad caracterizada por el impulso incontrolable a jugar, es decir, cualquier tipo de actividad en que la persona pone algo de valor en riesgo sobre las bases de un resultado desconocido. Al no provocar síntomas físicos, debido a que genera únicamente una dependencia psicológica, se conoce a esta enfermedad como “la adicción invisible”. El juego se vuelve una adicción cuando provoca conflictos familiares, emocionales, legales o financieros, y la persona continúa apostando igualmente. El jugador precisa de la sensación de ganar, aunque este no sea el caso la mayor de las veces.

Este desorden de salud mental de control de los impulsos se da cuando la persona piensa constantemente en el juego, aumenta sus apuestas a modo de mantener la emoción, y cree que para recuperar el dinero perdido la mejor solución es continuar jugando. Es común que el adicto mienta para esconder que ocupa su tiempo apostando por vergüenza, y en el extremo cuando ya no posee dinero para apostar recurre a actos ilegales para conseguirlo. La violencia en el hogar, dejar los estudios y la pérdida de trabajo son consecuencias casi inmediatas del juego compulsivo. De esta manera, no sólo arriesga sus pertenencias sino que también todas sus relaciones interpersonales. Al igual que el alcoholismo, el jugador se vuelve tolerante a la cantidad en juego. Esto quiere decir que cada vez siente la necesidad de apostar más cosas para sentirse satisfecho.

El tratamiento para los jugadores compulsivos empieza por reconocer que tienen una enfermedad. La negación es una característica de todas las adicciones, y es por eso que al aceptarlo, los pacientes ya están dando un primer paso hacia la recuperación.

Fuente: Fundación Manantiales

martes, 7 de febrero de 2012

Crystal Meth una droga que genera euforia desmedida


El Crystal Meth es una metanfetamina altamente adictiva que estimula el sistema nervioso central, provocando euforia y excitación. Le dicen Cristal por su forma que parecen pequeños pedacitos de cristal blanco, aunque también se puede presentar como un polvo blanco o amarillo. Es conocida también como "speed", "met", "tiza", "hielo", o "vidrio". Asimismo, se la llama “píldora del miedo” porque causa la suspensión de la conciencia y la noción de riesgos, o “Day of Birthday” (día de cumpleaños) porque provoca un placer intenso que recuerda al día de nacimiento. En los últimos 15 años, esta droga se hizo muy popular, y se convirtió en una de las más adictivas ya que su consumo aumenta los niveles de dopamina en el cuerpo entre 1000% y 7000% (el crack los aumenta unos 350%).

Una vez pasada la sensación de euforia, inmediatamente los daños afectan al organismo. El consumo de cristal implica un grave peligro para el sistema cardiovascular ya que causa alta presión, latido acelerado o irregular del corazón, y hasta derrames cerebrales por daños irreparables. Una sobredosis de estas metanfetaminas puede llegar a provocar hipertermia o convulsiones, que si no son tratadas a tiempo pueden ser fatales. El abuso crónico de cristal provoca sensaciones de paranoia, ansiedad, irritabilidad, nerviosismo, confusión, insomnio, pérdida de peso y conductas violentas.

La necesidad de consumo de este tipo de droga no es diaria, sino que es esporádica, lo que no implica que no sea adictiva. A pesar de que el tiempo entre una dosis y otra puede ser hasta de dos meses, no tiene relación con su nivel de adicción, ya que el deseo irrefrenable de consumirla vuelve. Asimismo, es una de las drogas más difícil de dejar. El solo hecho de consumirla una vez tiene un 99% de posibilidades de convertirse en adicción. Es una sustancia fácil de producir, por lo cual es muy común su fabricación en laboratorios clandestinos. Tiene una textura salitrosa parecida a la cocaína pero de tamaño y forma parecida a una piedra de crack, y se puede consumir inhalándola, fumándola y a veces inyectándose.


Fuente: Fundación Manantiales