Muchas veces las razones que llevan a un persona a convertirse en un adicto/a son de índole personal y privado. El fracaso en el trabajo, en una relación, en la profesión es un factor común que domina las emociones y estados de ánimos de las personas.
Encontrar una solución cuando las cosas no salen bien resulta difícil y, por lo contrario, caer en la tentación está al alcance de las manos.
Con el fin de canalizar sentimientos, tapar situaciones y ocultar realidades las personas se relacionan con la droga tímidamente, pero con el tiempo dicha relación comienza a crecer y la frecuencia de consumo también.
Crisis, peleas, discusiones violentas, problemas con el círculo íntimo y social son algunos de los efectos que trae a colación la conducta adicta.
La negación, es uno de los peores puntos en los que un adicto puede caer. Negar la realidad e intentar evadirla lo aleja completamente de una posible recuperación.
La mayoría de las personas que padecen una adicción pasaron por estas circunstancias. Algunas pudieron sortear esos obstáculos para trabajar de lleno en su recuperación. Otros, hoy en día, siguen luchando contra sus propios miedos, inseguridades y debilidades, intentando ganarle la batalla a las drogas de una vez por todas.
Fuentes: Narcóticos Anónimos
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